El dulce de alfeñique es un complejo objeto artístico que reúne en sí mismo al infinito espectro de aromas, texturas, sabores y colores que sintetizan el refinado gusto popular que se ha decantado a lo largo de la historia mexicana. Calaveritas, ataudes, ángeles, animales y frutas son las formas más representativas.
Al igual que la mayoría de los dulces típicos poblanos, los muéganos surgen de una combinación entre la comida indígena y la española. Físicamente se aprecia como varios trozos de harina pegados con el dulce. Inclusive, por esas características físicas el nombre muégano también se utiliza con una connotación social para denominar a un conglomerado de dos o más personas unidos por un vínculo muy fuerte. Los muéganos son un rico dulce de Huamantla, Tlaxcala muy fácil de hacer.
Se dice que hace ya muchos años, en el convento de Santa Clara, allá por el siglo XVIII, una monja quiso gastarle una broma a otra que tenía una olla en la lumbre. Decidida a llevar a cabo su travesura, vació camote y azúcar en el recipiente con la esperanza de que se estos crearan una masa dura y difícil de despegar cuando el traste se lavara. La broma funcionó, sin embargo, la monja víctima, al probar la pasta resultante de la mezcla, descubrió que el sabor era agradable, dando origen así al dulce de camote.